martes, 20 de octubre de 2015

Intereses en la vida

Si, así como tengo un black side fuerte like The Force, tengo un lado luminoso en ella.
Son tantas las cosas que quiero disfrutar, ver, conocer y profundizar, que por eso surge en un claro caso de yin y yang, mi lado oscuro.
Me quiero jubilar, deseo fervientemente poder jubilarme como para disfrutar lo que me quede de vida.
Mi familia, mi mujer a quien amo y deseo aunque no le haga pasar sus mejores momentos por esos fantasmas que me acompañan fielmente. Fantasmas propios de mi propia naturaleza, no de otros.
Tantas música para escuchar bebop, clásica en sus diversas variantes, tangos instrumentales. Leer, historia, novelas, novelas policiales nórdicas, cubanas, sicilianas, griegas y chinas o de donde fuesen.
Aprender Go, estrategia, creatividad, meditación y oración, pisar los bordes del acantilado de la Fe, ir y volver de ella para quedarme sumergido convencido en ella.
La vida no es solo trabajo, el trabajo es solo circunstancia, mecenas que nos permite hacer otras cosas si nos entrenamos para ello.
La vida es luz pero los boludos, que son opacos, atenuan su brillo.
Los amigos, los buenos que son para para todo, los amigos que se focalizan en una actividad y no para todo, pero que está bien que sea así porque de su foco se saca el máximo posible.
Escribir, si escribir para torturarlos con todas mis estupideces que son muchas variadas  y en, muchos casos, profundas estupideces.
Siempre hay una vida si te preparás para eso, nadie simula toda su vida y se transforma en un minuto, porque la simulación llevada adelante mucho tiempo se hace carme o prótesis eterna.
Vivamos aunque como cuando le preguntaron al suicida que quería hacer de su vida dijo claramente: Terminarla.

Prueba

Tu cuello ardiente,
el filo helado, liso, brillante
agudo y silencioso, busca su lugar
para trabajar con eficiencia.

Tu pulso oscilante, ubica al filo 
en el punto adecuado.
Nada se siente, 
la marca por la barba
queda oculta.

La piel latente recuerda su paso
de prueba en la noche solitaria.

¿Se sentirá la sangre caer
hirviendo por la bronca?
¿Se sentirá la vida correr
hacia la muerte?

¿Llegará la muerte fría?
¿Qué conciencia estará presente?
¿La aliviada por la muerte,
la frustrada por la vida?

lunes, 19 de octubre de 2015

Regreso

No volví a olvidarme, ni de Uds. ni de muchas experiencias.
 Al contrario, estaba rodeado, 
tan rodeado como una fuerza paracaidista en su rol de combate pleno. 
Recuerdos latentes, subconscientes, comparaciones de vida, de compromisos y valores.
Estaba aferrado y la pelea fue continua toda la semana pasada. 
El combate se materializa en angustia, en ganas de llorar que no se concretan y que atrapa una frustración por lo no hecho antes y ahora. 
Espasmos, fuertes espasmos que te voltean por el dolor y que, a veces, solo se soluciona durmiendo, 
es decir perdiendo conciencia de ellos.
Fue una pelea dura y que, 
repentinamente, se detuvo.
Si, son los mismos recuerdos los que no me permitieron escribir sobre ellos. 
¿Tendrán el temor de desaparecer? 
¿Será que cerrar un círculo de vida pasada los llevará a la extinción? 
¿No será que si el círculo se cierra, los recuerdos evolucionen y 
se transformen en algo presente en la vida pero de mejores consecuencias? 
¿Necesitarán generar un daño para justificar su presencia? 
Espero que no.

¿y los vivos?

Pasa el tiempo y los recuerdos quedan. 
Pasan los días sin cesar y sin César que conduzca la vida.
Siento que se escabulle entre los dedos y no sé cuanto tiempo más será así.
¿Percibiré que estoy vivo o la decadencia será tan clara de no poder saber?
¿Vale la pena seguir transcurriendo el tiempo sin rédito, salvo el monetario?

Solo preguntas y sin respuestas surcan mis pensamientos. 
El fin siempre está cerca, muy cerca y no lo sabemos. 
El final muchas veces no se percibe hasta que transcurrió.
¿Se percibirá ese instante de transición?
¿Se cumplirán las promesas tantas veces hechas desde hace tantos años?

Persisten las dudas, los conceptos pierden consistencia, 
los valores se diluyeron y el futuro se oscurece.
La mediocridad nos rodea y la ignorancia hace gala de tal cosa.
La mentira es infame, descarada, te escupe en la cara.
Omnipresente.

Incertidumbre

A cada rato se moría, su alma no descansaba.
Moría, renacía, moría, renacía.
Su espíritu volátil no le daba paz.
Las restricciones lo enloquecían.
El suicidio del alma se repetía.

Sufría, no pensó que fuera así.
Daba vueltas, la cabeza daba vueltas.
No descansaba, salvo cuando moría.
Renacía, renacía y el sufrimiento se extendía.

No sabía donde estaba y lo peor,
donde quería estar.
Nunca estuvo perdido...
hasta ahora