miércoles, 28 de octubre de 2009

Toilette de recepción

No sé si será una costumbre solo en la Argentina o si está también difundida en otros países, aquello que se denomina toilette de recepción.
Este toilette de recepción está "pensado" para una visita rápida de algún invitado de la casa o como sanitario de recontra emergencia aguda de algún integrante del grupo familiar.


Sus características notables son:
  1. Se ubica en las proximidades de la recepción de la casa o departamento.
  2. Es el "aprovechamiento de un rincón muerto que no servía para nada", y que sigue del mismo modo, fundamental y especialmente porque no sirve con lo que se ocupará, es decir para baño incompleto, mas que incompleto, diría una refinada obra maestra de la arquitectura del terror que acosa al ocupante ante la magna y frecuentemente urgente tarea a desarrollar en tan ínfimo espacio.
  3. No sé porque motivo oculto el toilette de recepción, quiere ocultar su condición de instalación sanitaria, por medio de una decoración ambigua donde no sabés si estás meando en un baño o en un ropero o vestidor, completo de la familia, ya que:
    En lugar de tener un piso de cerámico, mármol, mosaico de fácil limpieza, el piso es de madera, ya fuese entarugado, ya fuese el viejo y conocido parquet. La perversión del ocultamiento llega al extremo de estar alfombrado (moquette). Es decir un piso imposible de lavar o higienizar salvo que sea a través de un titánico esfuerzo del personal doméstico del hogar en cuestión.
  4. No tengo problemas de altura, mas bien de ancho, pero entro justito, no quiero pensar alguien que supere el 1,70 m. con el cuello torcido apuntando con su mejor equilibrio. no quiero pensar si está en una divertida e hidratada reunión lo que puede suceder.
  5. Ahora bien, si hay tanto detalle, faltan: biblioteca o hemeroteca, cenicero para apoyar el faso, lugar para apoyar el vaso o la copa, extractor de cocina con capacidad suficiente como para que levante un chorizo de la parrilla, no sea cosa que se acumulen los cadáveres de los muertos por el mortal aroma.

No hay caso me adapto a un montón de cosas en esta vida de argentino, desde que me caguen desde una palmera, me cambien las reglas del juego en forma continua y otras mil cosas más, pero eso de mear adentro de un ropero, todavía me puede.