martes, 3 de agosto de 2021

Húmeda herramienta

Si la Vida nos lleva de la nariz habrá que estornudar para empujarla y mostrarle que la Vida la vamos llevando nosotros.

Sabiduría

Sabio es aquel que vive según sus convicciones, intereses, valores y goces sin joder a los demás.

En la vida hay ciclos que se cumplen y parte de la sabiduría necesaria para el mejor vivir, propio y ajeno, es saber respetarlos, terminarlos e iniciar nuevos. Todo eso viene desde el interior de cada uno y está más allá de toda racionalización e interpretación. La sensación del ciclo cumplido es clara y concreta, más allá de la voluntad consciente de aceptarlo y actuar en consecuencia.
A medida que el tiempo pasa, que las experiencias se acumulan, los costos se evalúan y se pesan, la claridad de pensamiento del sabio no fuerza los ciclos cumplidos y acepta la realidad.
Muchas y reiteradas veces, el cumplimiento del ciclo propio lo determinan otros con los cuales se comparten actividades y lo deciden sin ser los suficientemente honestos hacia uno para comunicarlo para que el cumplimentado no sufra el desconsuelo de encontrarse fuera de algo más allá de su capacidad o deseo de proseguirlo.
Eso duele y lastima, porque la mayor parte de las veces, el que su ciclo "cumplió" tiene una visión y perspectiva distinta. La base de una buena vida para propios y otros es la honestidad de los actos, las decisiones y su adecuada y honesta comunicación.
Lo cortés no quita lo valiente

Hombres y mujeres

Hay hombres y hombres... básicamente mimosos, ya desde bebés, probablemente necesitemos límites y un poco de dificultades para seducir y darle una caricia a nuestro ego. "La gané.." sin pensar siquiera que su conquista no fue porque "tiró abajo la puerta" sino que por se la abrieron, aunque con el marco de la misma hinchado para que no piensan que la cosa es fácil. Hay masoquistas que les gusta sufrir un poco para darle más valor a esa relación y que le da savia a su veta artística. Miren lo que fue capaz de hacer Dante Alighieri por su Beatrice como para parir La Divina Commedia con su inmejorable infierno (según dicen los que la leyeron en casa porque no les quedó más remedio debido a su educación bicultural italo argentina. no es mi caso) Hay otros que han escrito lindos tangos. Hay otros que ni masocas, ni hombres. Hombres que no tienen solución, no tienen decisión y viven en una adolescencia perenne, fervientes practicantes del touch and go, en algún caso perfeccionan el guión pero el objetivo es uno solamente tratar de disfrutar sin asumir compromisos Para las mujeres más avispadas, que no son las menos, les es fácil verles la hilacha. Depende de la situación general la conducta que adoptan. no es lo mismo un tiempo de sequía que una abundante lluvia otoñal. Tienen momentos en que los maltratan, en otros momentos los usan y les hacen un touch and go más rápido aún de lo que el hombre pensaba. Hay otros hombres que picotean y su objetivo de mínima es un "touch and go" pero en el fondo es una búsqueda de un amor que en su momento tuvieron y que el tiempo diluyó o atropelló. Lo buscan, no tozudamente, si no abriendo el abanico de oportunidades, y una ve que encuentran la llave para que su alma rejuvenezca y florezca, lo cultivan con intensa dedicación. Así se ven sorpresas a cierta edad donde muchos no entienden el motivo de tal cosa. Hay hombres que deleitarían con gusto esa posible relación pero sienten que pasó su tiempo, su momento. Aceptan con melancolía una pérdida inevitable, les hiere el corazón pero en coherencia con su amor, no quieren hacer perder el tiempo a nadie o no quieren ser testigos de su propia errada evaluación ante un no hiriente y doloroso, difícil de superar..Saben si aceptarían límites o los propondrían, el acuerdo explícito que hace que debería dejar ciertos temas en claro, al menos por un periodo. Tienen la ventaja del tiempo vivido sin desperdiciar sus consecuencias, el callo en el alma de decepciones longevas que acumularon sabiduría en su corazón endurecido pero ávido de la hidratación del amor desenfrenado. Observan, meditan y tal vez ya están en otra relación estable y dejan correr una oportunidad atrayente o en su defecto, la toman, la idealizan, la construyen, la sostienen y la comparten plenamente con su nueva pareja y es ahí entonces donde recuerdan una frase de Oscar Wilde para estos casos: "Es un triunfo de la esperanza sobre la experiencia..."

Triste verificación

Ese día era de revelaciones. Revelaciones internas, pero revelaciones al fin, quizás las más dolorosas. No fue la primera de ellas la que lo sacudió, si no que desde esa primera revelación llegó a esta, volvió a la primera y siguió ese camino que no se abría frecuentemente, para bien o para mal.
La segunda revelación fue que pensaba mucho en demasiadas cosas, pero que la raíz de tal hecho era que estaba en soledad demasiadas horas del día.La soledad se iniciaba por la mañana, solo llegaba a recibir órdenes para la gestión de su consorcio o escuchaba relatos de trabajo que mayormente no le interesaban pero que servían de descarga para ella. El saludo matinal del hijo era un lacónico “Chau, Viejo” cuando pronunciaba palabra. Pocas veces. Proseguía en el auto donde ni siquiera se acompañaba con la radio porque prefería el silencio al reiterado anuncio. En la oficina tenía su propio despacho casi fuera de contacto con el resto de sus colaboradores. Cortaba esa soledad, algún día a la semana cuando regresaba con una compañera de trabajo que podría ser su hija pero que tenían muchas cosas en común. La noche, esa soledad seguía en la cocina y en su escritorio, ya que el trabajo de ella era intenso y extenso y sus intereses televisivos eran discordantes, salvo por un par de series.
La soledad era interior porque exteriormente estaba acompañado, pero el corazón y el alma se sentían solos y le ordenaban a la mente pensar el motivo de tal hecho.
El disparador fue que quiso poner en su mente la imagen de la mirada de una mujer que se hubiese enamorado por él. Fracasó. Intensamente. Buscó y rebuscó en su memoria y no conseguía ni una sola burbuja de memoria donde encontrar esa imagen. En la recorrida de su memoria encontró diversas miradas, la de reproche, la de desconsuelo, la de resignación, la de dar órdenes, la de pedir amablemente más allá de lo debido, pero la de mujer enamorada no figuraba o estaba tan escondida que no se podía descubrir. No era inexistente esa situación que una mujer estuviese enamorada de él, es que fue hace tanto tiempo que había pasado que la memoria la borró. Le dio una profunda tristeza que lo invadía desde la mente, y le horadaba el pecho arrancándole el corazón. No recordaba como era la sensación, la imagen, el intercambio silencioso que unos ojos lo miraran con la intensidad del amor que lo incendiase y generara una retribución recíproca  y que es la muestra de sentirse profundamente querido y deseado. Es el ego que el da el visto bueno al inicio del amor, pero uno no se da cuenta de ello, piensa que es otra cosa y se equivoca. Pasión… hacía rato que no sentía nada parecido a eso.  No sabía si mantener un letargo que lo llevara al olvido o a la inconsciencia de esa realidad o si despertar y sacudir toda idea, todo pensamiento alrededor de esa ausencia tan dolida, pese a que no se quedó dormido en ningún momento.
Sinceramente, deseaba estar muerto después de una revelación tan dura como esa. No era la solución, era solo el escape más fácil.
Repasó su relación de pareja y percibió que el interés hacia él pasaba por su disponibilidad para proveer, acompañar o hacer, no era interés en ver como él estaba o se sentía y el dolor de ese cuchillo virtual le laceró el corazón de lado a lado y de arriba hacia abajo, en cruz, al darse cuenta como la sentía
Sabía como era la mirada de una mujer enamorada, pero siendo él, un tercero, un outsider de la relación, no el emisor y, mucho menos, el receptor de tal cálido abrigo que es la mirada del amor. Sentía que la tristeza se hacía más profunda y quería salir de ella y nadar hacia arriba, hacia la luz del amor.
Sacudió la cabeza para que esos pensamientos revelados se estrujasen en algún rincón recóndito bien desconocido. Se escabulleron, casi sin dejar rastros en su mente, pero un dolor agudo en el pecho quedó impune un rato demasiado extenso y así fue como surgió todo esto. Es cierto que se aprende más de los fracasos, aunque solo fuesen revelados, que de los éxitos. Otra triste verificación.