No me digas,
no me escuches,
no pienses que es la suerte.
Es la vida, es la hora,
en que ha llegado mi muerte.
No lo pienses, ni recuerdes
lo mal que te hice,
en esa vida dura
que vivir te hice.
Es la mente, es el delirio
en que pasé esos años
Es querer de un modo raro,
que difícil de entender
por el daño cometido.
Es el amor mal dirigido
que jamás quise hacer
por no saber conocer
el querer de modo sano.
El cubrir, el proteger,
el luchar y el amar
se confunden en
modo extraño.
Lo siento mucho
si solo te hice daño.
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