Váyanse con sus ruidos cotidianos.
Alejen sus murmullos y sus risas habituales
nefastas para mis oídos cansados.
Son signos de vida.
Impiden la llegada de viejos conocidos
que nos frecuentan para esta época del año.
El Viejo vuelve a su guerra.
Se acercan en la memoria hechos vividos,
recuerdos reforzados por el miedo
resentido.
Vuelve a buscar su lugar en mi vida pasada.
Rememora su presencia angustiante,
traicionada y anulada por la
circunstancia imperante.
No había tiempo para prestarle atención al miedo.
Dabas todo por perdido, en especial la vida.
Si nada se ganaba, ni nada se perdía
¿que importaba vivir, solo vivir ?
porque no había modo de luchar, solo
evitar.
Regresan los recuerdos que nos abruman.
La vida siguió, costó, pero acá estáexpresada en estas líneas.
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