miércoles, 9 de diciembre de 2009

Las Fiestas.

- "¿Cómo? ¿Ya es diciembre? No puede ser. Este año de mieeeerrrda... se pasó volando, si ayer era el 9 de julio. No lo puedo creer..., la puta madre. ¿Qué tengo que comprarle los regalos a la bruja de tu madre?. Ni en pedo, no consigo escoba lo suficientemente fuerte como para que se la lleve de una vez por todas a esa vieja podrida."

Si, el año se pasa volando y cada año, siempre un poco más rápido que el anterior. Es decir, más viejo estás, menos sabés donde carajo estás parado y así lo expresa, literalmente, un integrante de la familia.

Si tuviéramos que hacer un manual de instrucciones para el desarrollo en paz y armonía de "Las Fiestas", tarea hercúlea, (Hércules, semidios griego tuvo que cumplir doce tareas titánicas pra pasar al Olimpo, hogar de los dioses), la primera pregunta sería:

1. ¿Qué religión profesás?

Pregunta importante ésta, ya que en una sociedad multiétnica como la nuestra, podés ser cristiano en sus distintas variantes: católico, protestante u ortodoxo; judío, (zafás de una de las fiestas), agnóstico resignado, ateo sociabilizado, inmigrante chino, musulmán, etc.

Solo mencionaré los casos más conocidos.
En el caso de los católicos profesantes, para Navidad, averiguan a que hora es la Misa de Nochebuena, ya que no hay más Misa de Gallo que era siempre a medianoche y no había problema de horarios.
Los que se dicen católicos, pero pisan la parroquia para los bautismos y los casorios son, en general, los que se hacen cargo de la organización de mesas, heladeras, etc. Total, a Misa no van.

Los protestantes son austeros y los ortodoxos, en Argentina, pocos y tienen el calendario corrido.

Si sos de la “cole”, y celebrás el 24, o se te corrió Hanuká o hay algún infiltrado transculturado en la familia, un goyim camuflado.
Año nuevo: celebrás dos veces, septiembre y el 31 de diciembre, total nadie te pide cuentas, alguna ventaja ser paisano tiene que tener...
Ahora bien, si sos agnóstico resignado a juntarte con el resto de la familia, nada puedo decirte, salvo que te encargues de conseguir el hielo y/o prender el fuego y/o ayudar a poner la mesa y/o conseguir mesas y sillas y/o traer con el coche a los integrantes más veteranos de la familia. Es mejor que sea "o" y no tanto "y"

En el caso del ateo socializado, de tanto perder la fe, lo único que le importa es que se morfe bien, haya chupi y algún regalo que te haga pensar que el año próximo va a ser mejor. No sé porque motivo o que mejunje alcohólico es el causante.

Los chinos organizan el autoservicio, ponen ofertas, consiguen vinos y no cierran nunca. Después de ver cuanto facturaron en enero, festejan en febrero su propio año nuevo.


2. ¿Quién viene para Navidad? ¿y para Año Nuevo?

Pregunta filosa, picante dirían por Mendoza, el reparto de las familias, nos juntamos todos, Navidad en lo de mis padres, Año Nuevo con los tuyos o viceversa. Navidad con la familia, año nuevo con amigos, las variantes son muchas y hay que ver cuales son los acuerdos intrafamiliares e interfamiliares. No es moco de pavo. Ya que esto determina el menú, el lugar. Si somos pocos más elaborada la comida y alguna casa fresquita, si somos muchos más sencillo.

3. ¿Dónde nos reunimos?

“-¿Otra vez en casa? Decime una cosa, ¿por qué el boludo ese de tu primo no alquila la quinta para Las Fiestas alguna vez, así nos dejan de joder en casa, aunque mas no sea por un año, carajo? Siempre el 2 de enero, ni siquiera el 1ro, flor de guacho, el cornudo ese.”

Es cierto, hay gente que no colabora... con los demás, pero si con su propia comodidad.
“Se hace el zoncito para empedarse a gusto” decía un hombre de campo hace muchos años.

Para reunirse, es necesario conseguir un espacio amplio, donde el choque de generaciones sea mínimo en especial entre los más veteranos y los más jóvenes, que Los niños puedan correr pero si quieren prender fuego algo, se pueda controlar a tiempo, que haya señal de celular para que los adolescentes grandes y los jóvenes adultos puedan organizar la salida a último momento.
La ubicación geográfica debe ser equilibrada, como para que los solteros se rajen, sin tener que parir porque están en el orto del mundo propio, aunque sea el ombligo del mundo de otro.
Preferentemente, tiene que tener dos heladeras, mínimo y/o parrilla. Si las heladeras son grandes es más fácil acomodar las fuentes, si no lo son, hay que recordarle al “anfitrión que las vaya vaciando” así el 24 y el 31 se embocan el vitel tonne de la tía, la ensalada rusa de la abuela Coca, el sempiterno matambre de tu madre, la lengua a la vinagreta que hace tu hermana (lástima que no se corta ella la lengua así se deja de decir boludeces a toda hora), la ensalada rusa de mi cuñada, las ensaladas, los postres. Todo ubicadito en equilibrio inestable y extrañando la heladera Siam de la Abuela que tiraba frío a cagarse. Esas eran heladeras.

La parrilla tiene una gran ventaja, no hay que acordar el menú, asado es siempre asado y hay para todos los gustos. Eso sí, reservá con tiempo en la carnicería para que después no falten las colesterosas mollejas, ni los corcantes chinchulines, ni la tierna colita de cuadril, ni la sabrosa bondiola, ni el insuperable pechito de cerdo. Si ponés matambre de chochan, cuando estás por servirlo ponele aromáticas varias, es decir orégano, albahaca, tomillo, especies un poco de ají o una provenzal. Si es de la sagrada vaca, ni lo hiervas en leche, ni en agua, en una fuente cubierto con vino blanco, bueno, no seas pijotero, dejalo una hora tiernizándose.
Carbón o leña, parrilla o rueda para la cruz del asador, ya son definiciones avanzadas de parrillero experto que decide por su cuenta.
Ver con que se lo hidrata al parrillero mientras se caga de calor como un infeliz, hay algunos que van con tinto, otros herejes con Coca Cola y algunos superfinos que tiene una botellita de champagne en un balde con hielo cerca de una silla cómoda donde se debe apoyar la cabeza para no desnucarse para el pedo que se agarra cuando ya se relajó porque salió la mayor parte de los tirado arriba de la parrilla.
Eso si, todos ponen para garpar los gastos que morfi, para tantos, sale un huevo.

4. ¿Cómo hacemos con los regalos?

Etapa dificultosa, pensar que cosa a quien, quien va, ¿efectivo o tarjeta?, ¿cada uno por su cuenta? ¿en grupos?. Ni en pedo me agarran, conviene tener un Walker a mano, cosa que un año te cagaste el tobillo derecho, el otro año el pie izquierdo, para el tercer año conseguir uno que te mantenga la pata dura para no tener que hacer nada, puede ser un método eficaz pero caluroso.
Si hay algo que me pone contento es haber sido lo suficientemente sagaz como para explicarles a mis hijos, desde chicos, el verdadero sentido de las fiestas y que Santa Claus no existe. Más veo las colas en los shoppings, más contento me pongo.

5. Las bebidas

Cuidadoso hay que ser para estibarlas correctamente, en recipientes ad hoc, con el hielo bien repartido y con tiempo suficiente para que se enfríe todo. Los tachos deben ser de profundidad media no sea cosa que al tratar de sacar la bebida perdés la circulación en el brazo porque se te patina la puta botella de vidrio, escapándose cual anguila enjabonada. ¿Te acordás de la publicidad de Heineken? Tiene que haber de todo, agua, coca cola, seven up, tónica para los borrachos de origen sajón, champagne, sidra, cerveza y hielo, mucho hielo. Llenar al mediodía para que todo esté bien frío, los chicos se jodan la garganta y no griten durante el transcurso de la velada.

6. ¿Alguien ayuda a limpiar?
Previsión importante ya que además de garpar un montón de cosas, después se te hace de goma el 25 y el 1ro porque estás limpiando como un nabo todo el quilombo organizado por la familia.

En fin, todo sea por la familia unita, aunque, no sé si lo mejor de las fiestas, por suerte, es que son solo una vez por año.

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