No acostumbro a sentarme en las cenas de parejas hombres por un lado y mujeres por otro, es más, me gusta estar mezclado porque te da la opción de distintos tipos de conversaciones.
El título es provocativo, on purpose, pero no discriminatorio. Sucede que, en este tema, los hombres sentirán en carne propia lo que relataré.
Escatológicos por demás, los hombres no valoramos adecuadamente los riesgos implícitos en una tarea íntima y personalísima como puede ser orinar.
Quién no escuchó esa conocida rima, que decía, sin tomar en cuenta la verdad histórica:
"Lo dijo Aristóteles, lo confirmó Platón,
la última gota queda siempre en el pantalón.
Curiosísima expresión, ya que estos dos grandes pensadores no usaba dicha prenda, que en cambio, si era utilizada por los persas, sus frecuentes enemigos, porque la consideraban ridícula.
Muy relacionado con este tema es el del apuro. Apuro que uno tiene, muchas veces, por una retención indebida del líquido elemento que los riñones producen.
Apuro señalado por las viejas chusmas del pueblo, que cuando alguien tenía un"descuido" o falla en la calidad del método anticonceptivo, se casaba "de apuro", situación inimaginable en esta época de la historia.
Volviendo al tema del apuro, el sistema urinario, el acelere, el abandono de los botones y, sobre todo la distracción de pensar en estos momentos, ya que no sé porque extraño motivo, es como que en el relax del esfinter urinario, la descompresión de la vejiga, la mente vuela, se fructifica, se expande y ahí en ese maldito momento, de errado cálculo, hablando de varones incircuncisos, es que ese último tramo de 2mm del prepucio, cae, dolorosamente en las fauces del cierre relámpago de la bragueta.
Si alguien piensa que el título de "cierre relámpago" del cierre a cremallera" o "Zipper" proviene de la facilidad en abrirlo y cerrarlo, le digo que está totalmente equivocado.
El cierre relámpago se denomina así, por deducción personal, por que cuando te enganchás la puntita de ciertas pudendas partes, el dolor es como si te pegara un rayo y el grito consecuente, su trueno, aunque salga aflautado.
Así fue como tuve el otro día, una experiencia de juventud a mis casi 55 pirulos Gracias a Dios, esas experiencias no se olvidan. Hay, en la adolescencia, una incertidumbre sobre como reaccionar, ¿lo bajo?, ¿puedo coordinar para bajarlo? ¿lo bajo o que? ¿Manché todo con sangre? (los hombres somos así de machos con estas cosas).
La memoria y por ende la experiencia, marcan algo, no esperes es solo prolongar la agonía, bajalo de una y ya...
Buena suerte y, sobre todo en el baño, más concentración, menos distracción y menos apuro.
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Muy bueno!!!
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