No me hablen de comida,
no me hablen de bebida,
no me hablen de la vida,
que nos quieren joder
pues de tanto comer y beber
poco se piensa y menos se medita.
En tan poco meditar,
se van las decisiones
que solo defienden posiciones,
sin pensar en los demás.
Así vamos yendo por la vida
solo avanzando en el tiempo,
envejeciendo,
algunos durando,
algunos evitando los males
que otros van pensando.
Vayamos madurando
la vida que vivimos,
pensando, hablando,
nunca callando,
por agradar a los demás.
La vida debe ser justa y
las oportunidades por igual,
que cada uno es cada cual
y no es casualidad.
miércoles, 26 de diciembre de 2012
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