Estaba lo suficientemente borracho como para cerrar los ojos y no perder el horizonte y caerse.
La ilusión le pasaba por embocarle al inodoro con el chorro de su micción y no mojar, ni la tabla, ni los pantalones. Tarea ímproba. No le daba para tanto.
"Buffaba qual bue" y se apoyaba en la pared mirando con satisfacción la orina que lo acosaba desde hacía rato, hasta ese puto momento.
Su sonrisa y expresión facial era de completo placer y satisfacción.
El chorro, firme y bien en el medio del inodoro, revelaba su presencia mediante el intenso ruido de su micción bien dirigida.
Miraba con fruición el desodorante de ambiente que se encontraba en la mochila del inodoro, consciente que podría sentarse, en cualquier e intempestivo momento en el inodoro, para una de sus deposiciones fétidas, muy fétidas y explosivas.
Borracho, pero no estúpido sobrellevaba su inestable situación.
martes, 20 de febrero de 2018
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