Tu cuello ardiente,
el filo helado, liso, brillante
agudo y silencioso, busca su lugar
para trabajar con eficiencia.
Tu pulso oscilante, ubica al filo
en el punto adecuado.
Nada se siente,
la marca por la barba
queda oculta.
La piel latente recuerda su paso
de prueba en la noche solitaria.
¿Se sentirá la sangre caer
hirviendo por la bronca?
¿Se sentirá la vida correr
hacia la muerte?
¿Llegará la muerte fría?
¿Qué conciencia estará presente?
¿La aliviada por la muerte,
la frustrada por la vida?
martes, 20 de octubre de 2015
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